El aprendizaje es un proceso intrínseco en el ser humano. Nadie tiene que enseñarnos a aprender; nos enseñan los contenidos pero no el proceso mediante el cual los adquirimos. Conforme nos desarrollamos aprendemos y desaprendemos tanto consciente como inconscientemente.
Este mecanismo sigue funcionando de la misma manera durante toda nuestra vida, olvidando cosas para captar otras. Por ello, seguramente te preguntes cómo podemos aprender mejor.
Sí, siempre tenemos la preocupación de aprender más y más; y también son muchas las veces en las que nos vemos frustrados al ver que el proceso no ha ofrecido los resultados esperados, es decir, no hemos obtenido un aprendizaje significativo.
Por este motivo, antes de empezar a aprender conscientemente debemos aprender a aprender.
Las emociones que propician el aprendizaje
De entre los muchos aspectos que condicionan el aprendizaje, la disposición emocional es uno de los más importantes, imprescindible para aprender mejor.
Son varias las emociones que intervienen notablemente en este proceso:
• El asombro
La novedad es una expansión de aquello que va a ser posible en el futuro. Por lo general, las novedades, si las analizamos y conocemos, nos gustarán; es importante tener sensaciones agradables para tener interés en aprender.
• La curiosidad
El interés es indispensable para retener la información. Cuando tenemos curiosidad por algo, difícilmente olvidaremos lo que aprendamos sobre ello. Esta característica es innata y todos la tenemos.
• La apertura
La buena disposición para el aprendizaje es una perfecta oportunidad para el desarrollo y el enriquecimiento; si estás dispuesto a saber, aprenderás más y mejor.
¿Cómo podemos aprender a aprender?
Son muchos los consejos que nos van a poder dar a la hora de conseguir esta meta. Sin embargo, existen cuatro requisitos básicos que sirven para facilitar el aprendizaje de una manera significativa, aportando calidad a nuestros procesos mentales.
• Ser conscientes de nuestra situación respecto al aprendizaje
Jamás podremos saberlo todo; nos guste o no, todos somos ignorantes en muchos aspectos y nos queda muchísimo por aprender. Es necesario ser conscientes de ello y no tener una actitud egocéntrica que no sirve más que para crear una barrera entre nosotros y el conocimiento.
• Tener un buen maestro
Aunque el autoaprendizaje es importante, tener quien nos enseñe también lo es. En muchas ocasiones el ver las situaciones desde otra perspectiva nos ayuda a entenderlas. Así, los aspectos que jamás pensabas que podrías comprender se vuelven más sencillos.
Del mismo modo, es importante tener claro que la persona elegida va a saber más que nosotros en muchos aspectos y que vamos a ser el sujeto «pasivo» en el aprendizaje.
• Tener una adecuada predisposición emocional
«Querer es poder» no son sólo palabras; es un dicho con mucha razón. Tienes que encontrarte bien y querer aprender; si no te abres al aprendizaje, este nunca será completo ni de calidad. Es decir, llevar a la práctica lo que hemos comentado antes sobre las emociones.
• Recibir un aprendizaje experiencial
El aprendizaje abstracto tiene sus puntos positivos. Sin embargo, está más que demostrado que el experiencial ofrece resultados de calidad en los que el aprendizaje se da desde dentro, en primera persona, lo que nos permite recibir una vivencia educativa preñada de contenido que quedará en nuestro cerebro como permanecen el resto de vivencias que tenemos.
Aprender a aprender es una de las actividades más importantes que podemos realizar en nuestra vida
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