El mundo nos habla, y nosotros no escuchamos. Podríamos aprender más si hiciésemos un mínimo esfuerzo por entender las señales de un universo que nos habla con cada actuación que con mil libros de autoayuda. En particular, hoy os traigo 6 lecciones que nos da la vida y nos empeñamos en no ver.
Se trata de una recopilación de sucesos que, después de vivir muchas experiencias, uno mismo puede darse cuenta de que se dan y de que no queremos verlos. Sin embargo, conforme vayas leyendo te darás cuenta de que, efectivamente, la vida es así para todos. De hecho, analízalos y es posible que te des cuenta de que alguna vez has pensado en alguno de ellos.
¿Qué nos dice la vida que nos empeñamos en no escuchar?
Veamos 6 ejemplos claros de lecciones que nos da la vida y nos empeñamos en no ver.
-
Preferimos cualquier cosa a adquirir o mejorar hábitos
Adquirir hábitos saludables o simplemente correctos es mucho más difícil que actuar de una manera más laxa o menos saludable. Pongamos un ejemplo: ¿cuánto te cuesta, una vez has probado la comida de un restaurante de comida rápida, acudir a menudo? Nada, ¿verdad? Es algo que hará siempre que se tercie. Sin embargo, ¿cuánto cuesta dejar de tomar esta comida y cambiarla por algo saludable? Queremos creer que es algo prácticamente imposible y, sencillamente, “no podemos”. Siempre es más fácil acostumbrarse a “lo malo”; siempre lo preferimos.
La adquisición de hábitos requiere incluso de disciplina. Es extraño que una persona cambie verdaderamente algo que tiene arraigado por algo “sano”, “correcto” o “mejor”. Estos cambios suelen venir dados después de situaciones límite que nos hacen darnos cuenta del mal que nos estamos haciendo a nosotros mismos: accidentes, muertes, enfermedades, despidos, quiebra
Se pueden contar los casos de personas que deciden cambiar por su propia iniciativa, sin que exista ningún motivo -oculto o no- para ello. Sin embargo, a menudo escuchamos que alguien deja de fumar a raíz de sufrir un infarto o un conductor imprudente decide dejar de ir a 180 km/h sólo cuando a su hijo lo atropellaron por rebasar los límites de velocidad.
-
Nuestras enfermedades indican que hay algo más que no va bien
Tal y como reza el Ayurveda, que es la medicina tradicional hindú, una enfermedad es un síntoma de que algo más profundo no marcha bien. La descodificación biológica también nos indica lo mismo al afirmar que una enfermedad es una reacción de supervivencia hacia un acontecimiento emocional que no se puede controlar. Una enfermedad no deja de ser un síntoma, una manifestación, de una mala gestión emocional a cualquier nivel.
-
Nuestra debilidad es el poco valor que nos damos
Creer que no somos capaces de lograr las cosas nos hace débiles, es, de hecho, un arma pensada para autoboicotearnos.
Nuestro complejo de inferioridad, que todos tenemos en mayor o menos medida, es el que hace que nos rindamos antes de empezar, que no seamos capaces de vernos como personas triunfadoras que cumplen sus sueños y, por tanto, que ni lo intentemos.
-
Ninguna teoría será útil si no pasamos a la acción
Por mucho que sepamos, por mucho que vomitemos teorías y palabras sabias, no alcanzaremos el éxito. Obviamente, el saber será la base de todo lo demás, pero de nada sirve saber mucho y hacer poco; tu conocimiento morirá contigo si no pones en práctica lo que sabes y lo compartes.
-
Para sanarnos, a todos los niveles, debemos usar la conciencia
La consciencia es algo que no abunda en la sociedad actual; es aquello que queda cuando nos desprendemos de lo innecesario y llegamos a saber cómo o por qué ocurren las cosas. ¿De qué nos sirve andar si no sabemos dónde vamos? Debemos ir un paso más allá y ser consciente de cómo funciona el mundo y del lugar que ocupamos en él; sólo de esta manera podremos actuar sabiamente.
-
Atraemos lo que somos
No hay nada en el mundo con poder sobre nosotros. Tú eres dueño de tus actos, no culpes al universo o al destino de lo que te pasa o de lo que haces.
Somos cada uno de nosotros quienes, siendo como somos, atraemos a personas y situaciones positivas y constructivas o negativas y destructivas. Nuestros sentimientos y pensamientos se transforman en palabras y actos y estos, que no dejan de ser acciones, tienen una reacción igual e inversa; se trata de un principio de física, no es nada que me invente.
Lo que pretendo con estas palabras no es más que hacer ver que esto, que todos hemos pensado alguna vez, no es un hecho aislado. Todos ellos son ejemplos de el día a día de cualquier persona, la manera de actuar del ser humano de la sociedad.
Sólo conociendo estas lecciones que nos da la vida y nos empeñamos en no ver podremos actuar “contra ellas” y hacer lo posible por vivir en un mundo más cómodo y en el que nos sintamos nosotros mismos y nos convirtamos en mejores personas.