La motivación es esencial en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. A mi parecer, resulta algo evidente, pero en mi andadura como coach me he dado cuenta de que son muchas las personas que no saben por qué es importante mantenerse motivado o, directamente, consideran que no es algo que no tiene valor, que queda en segundo e incluso tercer plano.
En esta ocasión trataré de explicar dónde radica esa importancia, es decir, qué ganamos cuando hacemos las cosas con un buen motivo.
Beneficios de tener una buena motivación
Vamos a ver por qué es importante mantenerse motivado considerando aspectos que van desde lo más nimio hasta otros prácticamente vitales.
Nos mantiene en onda
Si no estuviésemos motivados, podríamos acabar a la deriva. Si no nos importa nada, si no consideramos hacer o dejar de hacer tal cosa, si todo nos es indiferente… ¿por qué levantarse cada día? Nuestra vida se vuelve monótona, empalidece e incluso dejamos de verle sentido.
Estas son unas pocas líneas pero que dicen algo muy fuerte y a lo que ninguna persona debería llegar puesto que todos tenemos muchas cosas positivas a nuestro alrededor que debemos saber ver.
Protege tu salud mental
Cuando uno no está motivado, las situaciones le pueden terminar sobrepasando. La frustración, el estrés, la irritabilidad y otros malos sentimientos afloran. Mantenerse motivado sirve, simple y llanamente, para evitar que esto tan negativo nos ocurra, previniendo estas patologías (transitorias pero que pueden llegar a ser crónicas).
Y, además de mirar por nuestra propia salud, tengamos en cuenta a las personas de nuestro entorno. Relacionarse con alguien con ansiedad, deprimido o estresado resta calidad de vida a uno mismo por lo que, si te encuentras en esas situaciones estarás viciando tus círculos y entornos (familia, trabajo, etc), favoreciendo la creación de un clima más tóxico.
Te hace feliz
Cuando estás motivado haces las cosas con ganas. Además, mantiene tu ilusión. La tarea que tengas que hacer, ya sea mínima o colosal, la ves de manera diferente. Si sabes motivarte, vas a encontrar siempre motivos muy fuertes para seguir adelante y esos motivos estoy seguro que están relacionados con cosas que te hacen sentir bien.
Ganar más dinero, pasar más tiempo con la familia, sorprender a un ser querido, poder ser padres… Suena bien, ¿verdad? Parece que pensar en esto mientras haces tus tareas te ayuda a que las veas de un modo más positivo y las afrontes con ilusión.
Te hace empático
Esa tan buena energía te predispone a ayudar a los demás, lo cual se consigue comprendiéndolos, mirando sus problemas desde un punto de vista diferente al nuestro y comunicándonos eficazmente. Ya se dice que el buen rollo se pega; las vibraciones están ahí aunque no las veamos y cuando te sientes bien por lo que haces o vas a hacer, sientes algo tan grande por dentro que incluso te apetece hacer feliz al resto.
Fomenta la creatividad
Un beneficio, quizás el menos importante para muchos, de mantener un interés real por algo es que se fomenta nuestra creatividad. Cuando nos encontramos “on fire” nuestras ideas bullen para lograr alcanzar nuestros objetivos de maneras diferentes, ya sean rápidas, eficaces, etc.
Esto hace que siempre estemos funcionando, que entre las muchas cosas a las que hacemos atención, nuestro cerebro ocupe una pequeña parte en seguir pensando en nuestros proyectos y sacándolos adelante, pero de una manera positiva y limpia, sin preocupaciones sino aportando todo lo que tenemos y más para que se conviertan en una realidad.
Te hace crecer
De manera principal o secundaria, las acciones que se derivan de esa motivación te hacen crecer. Puede ocurrir, por ejemplo, que la “obligación” de acudir a acompañar a los compañeros de tu hijo a una granja como monitor o monitora te sirva para aprender a respetar un poco más la naturaleza o para dejar de consumir productos provenientes de ganadería intensiva, por ejemplo.
Ese crecimiento se puede dar a nivel mental e influir en tu personalidad o manera de ver las cosas. Sin embargo, también puedes, simplemente, desarrollarte a nivel de conocimientos cuando tienes que ayudar a un compañero de trabajo a dar una clase para un grupo de becarios que tenéis en la empresa esa semana y debes aprender algunas lecciones para servir de apoyo al ponente.
Terminaré con una sencilla reflexión: “Vale la pena luchar por lo que vale la pena tener”. Si te sientes en una situación en la que crees que podría ayudarte charlando un poco más sobre este tema, si necesitas el último empujón o si crees que podría ayudarte de alguna otra manera, no lo dudes y ponte en contacto conmigo.