Una de las preguntas que más me hacen es si realmente el mindfulness funciona. Es muy fácil dar un sí sin más y quedarnos más anchos que largos. Sin embargo, de nada sirve esta respuesta a una persona que no conoce sobre lo que está preguntando o que, directamente, duda de que sea cierto.
Por este motivo, en esta ocasión quiero centrarme en dejar claro qué es el mindfulness y por qué lo aconsejo.
¿Qué es el mindfulness?
Para saber si realmente el mindfulness funciona es necesario conocer en qué consiste exactamente. Es fácil interpretar que no nos va bien con su práctica si tenemos en mente unos objetivos que no se corresponden con lo que este ofrece.
El mindfulness es una práctica que consiste, dicho con el menor número posible de palabras, en conseguir mantener una atención plena de manera intencionada. De esto, deducimos que se trata de un aspecto mental, una cualidad propia de cada cual que debemos hacer aflorar para disfrutar de sus beneficios.
Mediante los cursos en mindfulness se entrenan las habilidades innatas de cada cual, de manera que podamos terminar por trabajar hasta controlar la atención plena hacia las cosas. Así, gestionamos nuestras reacciones, nuestras emociones, nuestras actitudes e incluso nuestros pensamientos.
En definitiva, se trata del desarrollo de actitudes positivas que se relaciones con la mente. Este desarrollo se da desde tres puntos: nuestro autoconocimiento, la posterior aceptación y la libertad. Algunos vehículos que nos llevan a conseguirlo son la paciencia, el evitar juzgar, el uso del humor para hacer frente a desagradables situaciones, el cariño en el acercamiento a lo doloroso…
¿Qué NO es el mindfulness?
Por tanto, el mindfulness no es otra manera de llamar a la meditación ni una práctica física.
Es muy común confundir esta práctica de desarrollo mental con la meditación. Sin embargo, poco o nada tienen que ver además de ser maneras diferentes de alcanzar ciertos objetivos. No tenemos que quedarnos en blanco ni dejar de sentir, al contrario. Esos tintes exotico-esotéricos que se le dan a esta es algo que queda muy alejado del mindfulness.
Por supuesto, también tiene que ver con prácticas como el yoga y demás, las cuales nos terminan por ofrecer algunos beneficios similares pero nada más. El mindfulness es un proceso mental.
Lo que el mindfulness nos aporta
Como adelantábamos, es esencial conocer qué nos aporta esta filosofía para comprender si funciona o no. Su correcta práctica nos permite:
- Controlar mejor las situaciones de estrés y la sensación de ansiedad.
- Dormir mejor.
- Aumentar nuestro nivel de concentración general.
- Desarrollar nuestra inteligencia emocional.
- Crear mejores relaciones interpersonales.
- Ser más creativos.
- Desarrollar la memoria.
Definitivamente, sí, el mindfulness funciona. Funciona si lo que buscas es conseguir lo que acabamos de comentar. Es una práctica realmente efectiva y cuyos resultados, además, se obtienen de una manera muy sencilla, rápida y beneficiosa; notarás sus beneficios de manera casi inmediata.